En Medina, el fundador del Islam, Mahoma, muere en los brazos de Aishah, su tercera esposa y favorita. En 610, en una cueva al norte de La Meca, Mahoma tuvo una visión en la que Dios le ordenó convertirse en el profeta árabe de la “verdadera religión”. Así pues, Mahoma se consideró a sí mismo como el último profeta de la tradición judeocristiana y sus enseñanzas intuitivas e inspiradas consiguieron unir a las tribus beduinas de Arabia. Después de ganar a sus seguidores en La Meca, se vio obligado a huir a Medina, donde administró un imperio creciente. En 630 volvió a La Meca como un verdadero conquistador, y a su muerte, en 632, era un gestor eficiente de todo el sur de Arabia. Durante el siguiente siglo, sus seguidores mantuvieron vastas conquistas y en 732 los seguidores del Islam conformaban el mayor imperio del mundo. En la actualidad, el Islam es la segunda religión del planeta.
Mientras, en México se expide el Decreto que forma el Organismo Público: Petróleos Mexicanos.
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